El mensaje en la botella
En esta ocasión no se trata de un mensaje dentro de una botella, que llegara
a la playa luego de cruzar el océano atlántico. Esta vez, el mensaje es la
botella. Cuando los mensajes mediante la palabra hablada son ineficientes, se
hace necesario usar otros mecanismos,
enviar las ideas con palomas mensajeras, o enviar el mensaje en una botella.
¿Existe modo alguno en que un dominicano común y
corriente, se acerque al presidente, le haga daño y escape para contarlo? Es
algo prácticamente imposible. Si cualquier funcionario de nuestro país, de poca
importancia por las funciones que desempeña, puede contar con todo un pelotón a su servicio, ¿Qué nivel crees tú
que tiene la seguridad del presidente? Toda la que puedas imaginarte, y te quedas corto.
¿Tú crees que el pueblo está alegre con sus
gobernantes? Dice La Palabra de Dios, en
el Libro de Proverbios: “Cuando los justos dominan, el pueblo se
alegra; Mas cuando domina el impío, el
pueblo gime”.
El pueblo está gimiendo,
pero los gemidos de este pueblo no alcanzan los oídos de sus gobernantes, o si
los alcanzan, no logran ningún efecto. Por eso el pueblo se siente impotente, y
recurre a recursos, que aunque no compartamos, entendemos. No existe modo
alguno de que el pueblo se alegre, mientras no llegue el temor de Dios a El
Palacio Nacional.
El presidente de la nación
vivió unos instantes, la sensación de la amenaza en contra de su propia
integridad física, una amenaza a la cual todo el pueblo dominicano ha aprendido
a acostumbrarse.
El pueblo dominicano pide educación, pero no
se le da educación, pide salud, pero no se le da salud. ¿Qué sí se le da al
pueblo dominicano? Se le da la espalda frente a sus necesidades. Se le da una exhibición
de despilfarro de los recursos del estado.
Entonces, ¿cómo llamo la atención de un presidente inaccesible? Al que sólo la
temporada de campaña electoral tiene las fuerzas de moverlo hacia mi
barrio. Le envío un mensaje en una
botella.
Es una expresión de descontento, en la que se admite que con ello no se logra
nada, más que captar la atención de un ser inalcanzable. Es una expresión de impotencia,
como aquel que tuvo que quedarse descalzo de un pie para decirle a un
presidente Norteamericano que hay voces que suenan diferentes. Es un grito
desesperado, con el cual no se persigue solucionar nada.
Pero es una expresión de un contribuyente que paga
la gasolina de los vehículos todo terreno, y los vehículos todo terreno, que
apoyan a los candidatos presidenciales.
Y como contribuyente merece ser escuchado, porque es por él y para él que
está el gobierno; sin él no habría gobierno.
Pablo Alcántara
1. http://comoplumalviento.blogspot.com/2011/01/mensaje-en-una-botella.html
2. noticialibre.com
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